lunes, 16 de agosto de 2010

Realidad.

¿Alguna vez, os habeis parado a pensar, si creeis o no en el destino? Esto es lo que pasa cuando no puedes dormir y tienes a dos personas en la misma habitación, que sale cualquier tema. Bueno, adelanto que yo no creo en él; yo creo en el azar. "¿Y si hubiera mirado para otro lado?", "¿y si hubiera llegado 10 minutos más tarde?" tú mismo estás respondiendo, hubiera pasado otra cosa, no estás predestinado a hacer algo.
¿Pero, y si, después de tanto esperar, no puedes tener lo que quieres?.
Señores, si creen en esto, como dice Shakespeare en Romeo y Julieta, solo podrán decir que soy un juguete del destino; pero yo simplemente tengo mala suerte.

1 comentario:

  1. Pensar o creer en el destino supone asumir que somos esclavos.

    Hay gente que piensa que existe y que los que no pensamos igual, en nuestra presunta incosciencia, creemos que actuamos libremente, pero en verdad todos nuestros actos estarían hipotéticamente programados, pero ese modo de pensar deja traslucir una falta de fe en uno mismo tremenda y que yo me niego a asumir.

    Y me niego a asumirla porque, dado que no tenemos pruebas tangibles de que las cosas funcionen de un modo o de otro, pienso que lo mas razonable es echarle narices a la vida y actuar conscientes de que nuestro destino depende a cada instante de nosotros. De no pensar así siempre podríamos echarle la culpa a que todo "está escrito", y la vida es algo muy bonito como para no vivirla con valentía y sin perder la deliciosa facultad de equivocarnos.

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